No se puede hacer peor, Alicante.

No se puede hacer peor, Alicante.

Bueno, sí, siempre se puede hacer peor, pero iremos a ello más adelante. Hoy ha vuelto el PP a las instituciones alicantinas. El Partido Popular ha vuelto en forma de alcaldía de la ciudad que dejaba Sonia Castedo dentro de poco, tres años. Y vuelve el PP no por casualidad, sino, porque el resto de partidos así lo han querido. ¡Ah! Y sobre todo los dos no adscritos. Me explico:

Resulta que cuando se formó el gobierno con el Partido Socialista a la cabeza, con el apoyo de Guanyar Alacant y Compromís todo parecía de color de rosa, la izquierda se unía y vendría el cambio. Pero en cuanto empezó la legislatura a tener camino surgieron los inmensos problemas que había tras este pacto. Además Echávarri, que era el pulcro alcalde socialista, fue doblemente imputado, por lo que debido a esa pulcritud tuvo que dimitir. ¿Lo hizo en el momento? No, claro. Propició el estallido del gobierno municipal saliendo Guanyar y Compromís del mismo, ya que tener un alcalde imputado era algo que no se volvería a permitir (recuerdos a Sonia Castedo).

Contra todo pronóstico Echávarri tuvo que dimitir ya digo, y el gobierno municipal quedó a expensas de quien sería el nuevo alcalde. Hasta hoy. Luis Barcala es el nuevo alcalde de Alicante, con el apoyo de su partido, y los votos fundamentales blanco y nulo, de Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre. Los dos no adscritos a ningún partido (antes en Guanyar y Ciudadanos respectivamente). ¡Quién te ha visto y quién te ve, Nerea! ¡lo que decías hace no mucho sobre el Partido Popular! La política es así de traicionera. Y los traidores campan a sus anchas.

En conclusión, hoy vuelve el PP a Alicante, la que iba a ser una ciudad que giraría 180 grados resulta que se ha ido pasando de rosca y ha acabado girando 360 grados para quedarse exactamente en el mismo sitio. Un desastre de la «izquierda» que no ha sumado los apoyos necesarios y que ve cómo el PP, que hace no mucho estaba tan sucio en Alicante, vuelve a brillar y gobernará el año que queda hasta las elecciones.

Esa misma izquierda, con Nerea o sin ella, debería empezar a pensar muy en serio lo que supone este resultado, porque luego no nos podremos extrañar de que tras 3 años de gobierno «de cambio» tengamos el mismo resultado de siempre, y que en las próximas elecciones la gente que vota haga lo mismo y se decante por «lo de siempre». Decía lo de que se puede hacer peor, porque aún podríamos ver como Guanyar y PSOE se echan la culpa, o Compromís ficha a Nerea. Espero que no, pero viendo lo visto, cuando Alicante se pone, hace muy cierta la frase «cambiar todo para que nada cambie».

 

Sergio Bonillo