Hoy en día necesitamos tener de todo, en todo momento, en nuestras neveras; pero en realidad sólo creemos necesitarlo.
Es importante saber que el modo en que consumimos los alimentos condiciona el modo en que se producen, se distribuyen y se venden. No sabemos o no queremos saber que los productos se agotan y que hay mucha energía empleada en producir cada verdura que nos echamos a la boca, y no digamos en los productos elaborados. No somos conscientes o no queremos serlo de que la tierra fértil no es infinita, el agua se agota y se contamina, y las personas son explotadas. No somos conscientes o no queremos serlo de que todo aquello que hacemos tiene un coste, una repercusión, una consecuencia; y no queremos ser responsables de las posibles catástrofes. Así que cerramos los ojos. Nuestros ecosistemas están dañados, vivimos en un sistema generador de residuos, mientras que los sistemas vivos, bases de la vida, están en declive y en peligro. Frente a este expolio territorial, la destrucción del mundo rural, la globalización, la contaminación del agua, océanos y acuíferos, la devastación de las tierras fértiles, la destrucción de los bosques y de la biodiversidad, el crecimiento ilimitado, y el malestar general, nosotras buscamos y creamos un pequeño cambio, damos un paso más allá, os contamos nuestra historia:
Somos un grupo de Petrer, nos autodenominamos “grup decreixement” y queremos hacerlo de otra manera. Creemos en un consumo responsable y consciente, por eso buscamos y asumimos de forma colectiva un cambio en nuestros hábitos de consumo a través de la adquisición de productos ecológicos de cercanía y temporada, y el apoyo a modelos organizativos y medios de producción conscientes; siguiendo las bases de la Soberanía Alimentaria. Además, e igual de importante, apostamos por una organización participativa y autogestionada, donde juntarnos y compartir adquiere una dimensión esencial para que el grupo funcione y se nutra.
Consumir de manera responsable significa muchas cosas, significa consumir menos, consumir productos de cercanía, de productores agroecológicos pequeños, que no exploten la tierra ni la fuerza de trabajo humana, significa auto organizarse y tomar parte activa en el proceso de nuestra alimentación. Por eso es muy significativo e importante el poder encontrar el espacio y el lugar donde estar, juntarnos, compartir y donde seguir creando. Son esos espacios, esas cenas, esas reuniones, esas convivencias en donde somos capaces de crear sinergias, de expresarnos, de escucharnos, de cuidarnos, de cuestionarnos y aprender juntas. Son esos espacios donde creamos las complicidades que nos sostienen en nuestras acciones y nos dan fuerza para seguir adelante en nuestra lucha diaria por un mundo más consciente, más responsable y más justo.
Os lo queremos contar porque creemos que es posible, que no conlleva tanto tiempo, y que además de repercutir en nuestra alimentación y nuestra salud, también lo hace en la salud mundo, fuera de nuestra nevera y de nuestra casa.
De momento trabajamos con 7 proveedoras, cada una del grupo gestiona los pedidos de una de ellas: huevos, pan, productos de higiene y limpieza, cosmética, preparados vegetales, cereales, grano y legumbres y algo de producto envasado. Las frutas y verduras las compramos a la cooperativa “La Camperola” la cual prepara directamente las cestas y las deja en un punto de reparto. Nosotras nos juntamos 2 veces al mes, cada quince días para repartirnos los pedidos. La primera semana se hace coincidir con todas las proveedoras, y la otra solo verduras, pan y huevos. Los meses que tienen cinco semanas, obviamos la quinta. Los pedidos se hacen por email, whatsapp o directamente a la persona encargada. Para pedir los productos de algunas proveedoras se utilizan listas de Excel, y se hace con 15 días de antelación, para poder pagar a la persona que se encarga de hacer el pedido. Al hacer las listas de Excel eliminamos parte del producto envasado, pues pretendemos reducir en los productos elaborados, de menos necesidad y que sean de lugares más lejanos. Además estamos intentando pedir en paquetes más grandes, de más cantidad, y luego repartirnos el producto, para que sea más económico y se genere menos residuo. Todo es revisable y sujeto a cambios, somos comprensivas y nos cuidamos, siendo muy importante la comunicación y la escucha. La idea es que todas participemos en el proceso, así que, si fuera necesario, en algún momento se podrían ir rotando los trabajos o subdividir más las tareas, para que las ocho familias que participamos tengamos un rol y un trabajo más o menos equitativo. Que cada una tenga una tarea es importante para sentirnos parte del grupo e involucradas, nos enseña y recuerda a ser responsables, a que se aproveche el trabajo que hacemos todas por igual, y que, en conjunto, funcione mejor el grupo.
El primer día que repartimos todos los pedidos fue una sensación increíble, parecía que habían venido los Reyes Magos, había botín para todas, después hicimos una ronda de opiniones sobre los pedidos con las facilidades y las dificultades que habíamos encontrado, y al final nos deleitamos con una estupenda cena; cada una había traído un delicioso plato para compartir.
En nuestro proceso como grupo, han habido muchas reuniones previas, antes de empezar con los pedidos, que nos han ayudado a cohesionarnos y a idear la estructura que estamos siguiendo. Con el tiempo nos vamos dando cuenta de esa realidad de cohesión que tenemos , con una visión común sobre la Soberanía Alimentaria, con confianza entre nosotras y un recorrido asociativo en nuestras mentes y carnes. Creemos que funcionamos bien con el número de personas/familias que somos, ocho, pues cubrimos todo lo que consideramos necesario y nos complementamos bien, y además cabemos en un comedor. También somos conscientes de que queremos que se expanda esta manera de consumir y nos planteamos si es posible, en el futuro, que se abran nuevos grupos, y si fuera necesario, acompañar a las personas que se interesen por este modelo. Puede que haya productos y/o encuentros que podamos compartir y hacer en común. Os animamos a interesaros por este cambio, y a trabajar por un reaprendizaje y reconstrucción de lo que entendemos por consumo; un consumo responsable y de cuidados: propios, hacia las demás y a nuestro entorno.
Grup Decreixement. Consumo responsable y autogestión en Petrer.