Según la RAE, apátrida sería: “dicho de una persona, que carece de nacionalidad”. Tiene su raíz en patria, un término muy de moda últimamente, aunque ha perdido relevancia pública debido a la nueva palabra de moda: Coronavirus. Este dato no me parece nada irrelevante, y creo que nos debería hacer pensar un poquito más en el patriotismo estos días.
Es curioso que en una época como la que estábamos viviendo (cuando teníamos vida, claro) la patria era un elemento central. Desde los diferentes nacionalismos se venían articulando grandes procesos de desarrollo del concepto, tanto de forma emancipatoria como de forma represiva para ganar el discurso de nación ganadora. En los meses previos al coronavirus, tuvimos gran descoloque con el Brexit por ejemplo, con grandes pasos para abandonar la Unión Europea, o que decir de la pugna España-Cataluña que parece no tener fin para ambos nacionalismos (si, españolito de bien, tú también eres nacionalista radical). Por esto mismo vuelvo a la idea del principio. Patria era un concepto central en nuestras vidas hasta que COVID ha pasado por encima, porque básicamente es lo importante.
Pero eso era antes, ahora estamos en otro panorama y siendo así, ¿A alguien le importan esos temas ahora? A mi desde luego no. Si era algo que no me parecía relevante cuando hay gente que no tiene comida encima de la mesa, o no tiene acceso a agua potable, imagínate ahora que estamos confinados y muriendo (más) gente por todo el planeta. Si me estás leyendo y crees que no tengo razón y que son temas prioritarios, por favor, deja de leer y ve directamente al último párrafo.
Cuando más centrados estábamos en nuestras patrias y en ver cual es más radical en su concepto de la misma, llega un ser apátrida que con poco ruido nos pone en jaque los grandiosos (no tanto) sistemas hipercomplejizados que habíamos montado. Tanto país, tanta patria de bandera y resulta que todos los países somos iguales. Que tenemos miedo, que no sabemos cómo afrontar esta amenaza y que muere gente en todos lados. Al COVID-19 no le importa tu carné, porque, aunque no te lo creas es un tema que no importa. Si Reino Unido se quiere ir de la Unión Europea, que lo haga. Y si Cataluña quiere votar y plantear la salida de España que lo haga. A partir de ya, debemos ser un poco más apátridas y más conscientes de que lo importante no es la bandera. Lo importante es la gente, venga de donde venga.
Tantos siglos levantando muros en lugar de puentes y ahora, si lo analizas un poco, lo único que nos podrá devolver al estado inicial serán los pocos puentes tendidos. La vacuna la encontraremos mediante la colaboración científica, los materiales usados para luchar contra la pandemia vienen de otras regiones, la comida consumida también. La enorme cantidad de material desechable utilizado en la pandemia tendrá un coste ecológico global que asumiremos conjuntamente. La solidaridad ha crecido considerablemente y las donaciones de todo tipo también. Son tiempos claros de dejar de hablar de cosas que no importan (como la lucha de patrias, aunque te duela en tu corazón nacional) y trabajar todo el tiempo y a futuro, en conjunto.
Por todo lo anterior, a todas las personas que estáis/estamos intentando ayudar, tener la mejor cara posible y apoyar, todos mis agradecimientos. Si de todo esto aprendemos lecciones valiosas que sirvan para cambiar algunos elementos de la sociedad claramente en decadencia, me daré con un canto en los dientes. Y si no, pues al menos se habrá aplaudido desde el balcón, que parece que a algunas personas les parece suficiente cambio en su vida.
Todas las personas que estáis intentando sacar tajada, aprovechar una crisis mundial para sacar beneficio de cualquier tipo, todo mi desprecio. Me da igual quien seas y porqué lo hagas, eres la peor basura que existe actualmente en el planeta.
Sergio