Llevo meses esperando coincidir con el Círculo de Sanidad de Podemos para proponerles que erradiquemos de nuestro lenguaje lo del “Síndrome de Down” y no lo consigo.
La propuesta no es capricho; no puedo evitar que me chirríen los oídos cada vez que oigo esa frase. No puedo creer que la gente lo diga, incluso los familiares, sabiendo lo que están diciendo. Sí, seguro que la gente que habla del Síndrome de Down, no debe saber de lo que está hablando.
John Langdon Haydon Down, era superintendente médico en un manicomio de las afueras de Londres, a finales del siglo XIX (si, manicomio; es como se les llamaba entonces). En aquella época, acababa en un manicomio toda persona que se le considerase fuera de lo normal; incluso los sordo-mudos. Y el doctor Down presumía de conocerlos muy bien; así que se decidió a escribir, no un libro porque este tipo no tenía capacidad para tanto; pero sí un artículo para una revista – tampoco una revista científica – concretamente, para el boletín del hospital de Londres.
El artículo lo llamó algo así como “Por una clasificación etnológica de los idiotas”. En él, describía los distintos tipos de idiotas y su semejanza con diversas razas humanas distintas a la blanca (que es la perfecta). El apartado destinado a lo que actualmente llamamos “Síndrome de Down” él lo denominó “El idiotismo mongoloide”. Si, las palabras “mongol” o “mongólico” son las que empleaba el Dr. Down para referirse a las personas con Trisomía 21.
En ese apartado, el Dr. Down describía las semejanzas anatómicas entre los mongoles y los “idiotas mongoloides” (perdón por el lenguaje, pero era el usado por el Dr. Down). La frase “los idiotas mongoloides tienen la misma apariencia que los mongoles y su misma estupidez” resume todo este apartado de dicho artículo.
Pero el Dr. Down, no se limitaba a describir esas semejanzas anatómicas; sino que se atrevía a explicar cómo era posible que una mujer blanca fuera capaz de dar a luz a un hijo o hija con rasgos orientales: El Dr Down era un fiel creyente de la teoría que dice que “la ontogenia recapitula la filogenia”. Ya sabéis; la filogenia es la historia de nuestra evolución desde hace 4.000 millones de años hasta ahora (o sea, descendemos del mono, este de reptil, este de un anfibio, este de un pez, este de un organismo unicelular) y la ontogenia es el desarrollo del embrión humano en el seno materno que parece tener un desarrollo parecido de forma rápida y resumida (o sea, empieza con un óvulo fecundado, a las pocas horas parece un pececillo, luego una especie de renacuajo, luego un mamífero, mono, negro, amarillo y cuando llega a ser un blanco (la culminación de la evolución) es cuando nace).
Pues bien, el doctor afirmaba que si a la “natural irresponsabilidad que caracteriza el género femenino, le añadimos cierta afición al alcohol, esta podría tener al niño antes de tiempo, en la fase chino, y tener el hijo con rasgos orientales” (más o menos literal).
¡No te lo pierdas! ¡Todo un fenómeno!, ¡Como si los chinos, los negros, los monos, los tigres, etc, no pueden tener cachorros con trisomía 21!. Entonces, si una mujer negra aguanta al niño un mes más ¿le saldría blanco?
¡Cómo se le puede poner el nombre “Down” a este trastorno genético en honor a semejante mamarracho!
Así pues, cuando yo oigo a alguien decir que este chaval tiene el “síndrome de Down” lo que estoy oyendo es que el chaval es un idiota mongoloide por culpa de la irresponsable y borracha de su madre que lo ha parido antes de tiempo.
Como comprenderéis, no podemos seguir con esta terminología, mientras que el que descubrió que el trastorno (que fue Jérôme Legeune) se debía a que el cromosoma 21 es triple en vez de ser doble, sigue en el anonimato; pero, sobre todo, porque es totalmente injusto para estos chavales y sus madres.
Paco Cuéllar
1 Comentario:
Ron 21 mayo, 2020 at 12:20 am
Si quieres te explico lo equivocado que estás.