En primer lugar me gustaría dejar claro que soy de izquierdas. De valores de izquierdas, claramente, sin ningún lugar a dudas. Pero igual de claro que está en mi mente ese concepto, tengo muy presente que es una palabra que a mucha gente le suena a viejo. Como si eso «izquierda» no estuviera a la altura de las circunstancias de nuestro país y hay que identificarse con algo «nuevo».
A veces esto de la política tiene contradicciones, y esta es una de ella hoy en día. Europa necesita un giro hacia la izquierda en su plenitud (en su versión anti neoliberal, anti patriarcal y anti capitalista) para abandonar un sistema que nos condena a una pobreza enorme (y en menor medida proporción a una riqueza más desmesurada aún). Pero paradójicamente la palabra izquierda suena confusa, maltrecha y en definitiva débil para liderar ese giro que tanto se necesita. Voy a explicar por qué.
La política de mayorías está mediatizada desde hace años. Se hace más política en la televisión que debatiendo en asamblea, marchando en manifestación o boicoteando una empresa. La sociedad del espectáculo en la que estamos inmersos encierra además una trampa, y es que consigue aborregar a las mayorías para que entiendan la política como algo que hay que ver, no participar, como cualquier programa de la televisión.
¿Los partidos de izquierda representan los valores de izquierda? Mi respuesta a mi pregunta es que antes si, y ahora no. Hay una brecha muy profunda entre estos dos conceptos en nuestro estado español. Veinte años de partidos de izquierdas liderando cada vez más valores propios de la derecha más antisocial, dan el argumento a mi respuesta.
Así que la mayoría de la gente, puede entender la izquierda como algo viejo, alejado de esta sociedad moderna y que no se asocia a la palabra Cambio. El éxito de Podemos radica en alejarse de los partidos de izquierda, no así de los valores de izquierda.
Significantes y significados nuevos que han dado un giro a la política en nuestro país: una mayoría de personas con valores de izquierdas, que está muy harta de los partidos de izquierdas (aun sin saberlo).
Sería genial que las cartas encima de la mesa, tuvieran a una mayoría de gente movilizada para que la izquierda gane. Pero no es así. Las cartas son: Casi un tercio de la población no vota; Una minoría de izquierdas movilizada que se ha partido la espalda por la gente, pero que no llega a la gente; Una derecha que convence usando mentiras y miedo; Y una gran mayoría de gente no movilizada, que quiere votar un Cambio, pero que no sabe que significa eso y se informa con la televisión. Mal que me pese, quien crea que la palabra izquierda, significa Cambio para la mayoría, se equivoca. Y creo que esa es la miopía definitiva de la izquierda.
Si entendemos que el camino es agarrarnos a la historia, a lo buena que ha sido (es y será) la izquierda para España, perdemos. Si entendemos que el camino es recuperar los valores de izquierda con un discurso nuevo, ganamos. Les ganamos seguro.