¿Se puede ser abolicionista y ser regulacionista?

¿Se puede ser abolicionista y ser regulacionista?

Según la RAE:

Abolicionismo. 1. m. Movimiento que propugna la abolición de ciertas leyes, tales como las de esclavitud, pena de muerte o segregación racial.

Este palabro vinculado con la prostitución es algo que nos separa en muchos grupos feministas. Creo que muchas veces evitamos este debate para no dividirnos en un juego de trincheras que más de una vez acaba con malos rollos. Y yo me pregunto ¿por qué a veces no somos capaces de salir del debate de blanco o negro?

¿Se puede ser abolicionista y ser regulacionista? Yo propongo que nos vistamos con diferentes zapatos y empecemos a dar grises a nuestras reflexiones.

En esta sociedad patriarcal y machista todas somos un poco putas. O eres una santa, madre, hija o esposa de los varones, o te ganas uno de los múltiples piropos; zorra, putón, guarrilla, salidorra y ninfómana que tanto abundan. Sobretodo para las que en menor o mayor medida no encajamos en ese ideal de mujer de la modernización burguesa que tan de moda está. Sí, Sí. Fue un triunfo frente a la aristocracia y la nobleza, de eso no hay duda, pero es un “contrato sexual” en el que el sujeto beneficiado fue el hombre blanco, burgués, varón, hetero, autónomo y sin discapacidad.

El movimiento feminista lucha contra el anteriormente nombrado contrato sexual desmitificando y desnaturalizando la continua cosificación sufrida por nuestros cuerpos para que los hombres se sientan reconocidos. Que hegemoniza la idea de que el deseo de las mujeres es el deseo del otro. Ese contrato sexual cuenta porqué las mujeres sufren el machismo en todo el mundo y porqué hay, tanto putero y tanto machista. Explica por qué no hemos acabado con los feminicidios de una vez por todas.

El feminismo está en contra de este contrato sexual que parte del consentimiento para conseguir otros deseos y necesidades pero que se deja fuera el deseo mutuo y verdadero que dote de verdadero valor de igualdad el acto sexual. Una de nuestras principales reivindicaciones en cuanto a las relaciones sexuales es, que para ser relaciones de igualdad no basta con que haya consentimiento sino también deseo. La prostitución si de algo carece es justamente que una de las partes no se mueve por un deseo sexual hacia el otro.

Creo que por eso abolir la prostitución es algo tan claro para muchas feministas. Pero sigamos:

Prostitución

Del lat. prostitutio, -ōnis.

  1. f. Acción y efecto de prostituir.
  2. f. Actividad de quien mantiene relaciones sexuales con otras personas a cambio de dinero.

Añado algún dato para pensar;

El 99,7% de la demanda de prostitución viene de hombres y va aumentando día a día a unas cifras que ya supone mover unos 5 millones de euros/día.

¿Por qué el aumento de demanda de prostitución se incremente día a día? y ¿por qué no se cuestiona el perfil de la demanda de la prostitución desde las instituciones ? ¿Será por que mueve unos 5 millones de euros al día? La prostitución como algo natural y siempre existente de la misma forma que hoy la conocemos, es un mito, y lamentablemente cuando se piensa en el concepto sólo pensamos en “putas y trabajadoras sexuales “ cómo un estereotipo. Un enfoque interesado y constituido como hegemónico que deja fuera dos aspectos muy importante; el proxenetismo o industria del sexo y el perfil de la demanda (la mayoría como he dicho antes, hombres). Esos dos grupos que se escapan interesadamente del mapa, son imprescindibles en la ecuación. El análisis de los intereses que hay detrás de las reivindicaciones regulacionistas de los proxenetas, es imprescindible para abordar un debate serio sobre los riesgos de regular la prostitución, el porque se ha implementado en otros países y quien ha ganado con esta regulación.

Pero por otra parte están las voces y agrupaciones de trabajadoras sexuales (por utilizar el término desde donde también se definen) que demandan una serie de derechos y regulaciones. Voces que no deberíamos ocultar o menospreciar en absoluto. Y aquí entramos en los grises. ¿Cómo nos interpelan a las feministas sus demandas? ¿Cómo respondemos a ellas?

Las mujeres putas también quieren que su trabajo (porque así lo consideran) sea considerado como tal, y dotarlo de los derechos que tienen otros trabajos. Partimos de que lo hacen libremente como tantas cosas que hacemos libremente (aunque en realidad si las analizamos detenidamente no lo son tanto). Y nos dicen en primera persona y poniéndonos más de un espejo que porqué no nos hacemos eco también de su realidad y las ayudamos a tener categorías de personas dignas de derecho, en vez de cuestionar el uso de sexo para trabajar.

La reivindicación de ser trabajadora sexual con plenos derechos laborales basada en ese consentimiento y exenta de deseo sexual por parte de la trabajadora, es algo que atenta a nuestros valores en lucha, pero si el trabajo sexual se diera en condiciones laborales similares a otros trabajos también muy duros y mal pagados, exentos de deseo pero “bien vistos” ¿nos seguiría molestando de la misma manera?

Que nos paguen por algo que nos motiva y deseamos, es lo que nos gustaría a todos y a todas. Por lo que tener sexo por deseo mutuo, es desde luego placentero y autorealizante y no creo que ninguna feminista esté en contra de abolir la promiscuidad ni cualquier práctica sexual por consenso de las partes, aunque por extensión se pueda recibir de alguno de los amantes dinero.

Yo creo que una buena solución parte de no situarnos en el aboliciosnismo vs regulación sino en encontrar acuerdos y consensos que permitan satisfacer las necesidades de todas las personas y sobretodo buscar soluciones para evitar la vulnerabilidad y el continuo atropello a los derechos humanos que las trabajadores/as sexuales sufren.

¿Se solucionaría todo con abolir la prostitución? Todo no, me temo.

No nos olvidamos de ellos; los puteros, o clientes porque creo que uno de los principales ejes para combatir el aumento de la prostitución tiene que centrarse en ellos. Hay muchas palabras para referirse a las putas pero pocas para los puteros que se quedan en eso o en el eufemismo de clientes. El aumento de la demanda en las capas más jóvenes es un dato escalofriante que no podemos obviar y nos da la pista de lo lejos que aún estamos en la tarea de construir nuevas formas de entender la masculinidad y las relaciones sexuales en igualdad. Poner el foco en desnaturalizar sus prácticas, inventar un ideario descalificador mucho más amplio creo que ayudaría bastante como punto de inicio de cambio del sentido común necesario.

Decíamos en las consignas del 8 de Marzo que no hay feminismo en el capitalismo y que no hay democracia sin feminismo. Vivimos en un mundo donde se piensa antes en el fin del mundo que en el fin el capitalismo.

Pues eso, pensemos en grises, y en soluciones diversas para temas tan complejos y que desde el apoyo mutuo, el cuidado y la sororidad deconstruyamos, y cambiemonos el contrato sexual vigente que tan poco ayuda a la dignidad de las personas y a la igualdad de todos y todas.